¡Brindemos POETAS! ¡Por la POESÍA, salud!

Montevideo, URUGUAY. 2008

lunes, 20 de febrero de 2012

Grandes PERIODISTAS

viernes 18 de noviembre de 2011


ROLANDO  H A N G L I N  entrevista en la radio:

                         Andrew Graham - Yooll

                                Poesía argentina para el siglo XXI /
                                Argentine Poetry for the XXIst Century

        

Nací en Buenos Aires, padre escocés, madre inglesa; ambos llegaron acá en 1920 - 25, para no volver a sus países jamás, lo que era normal en esa época hasta la segunda guerra. No se apostaba por la vuelta. 
Mi madre era muy inglesa, murió siendo muy joven y mi padre, era visto como muy acriollado, “el médico de a caballo”, y de médico no tenía nada, vendía "remedios" para curar plantas y animales. En Quilmes, fue “panfletero” del partido socialista, en la época del primer peronismo.
La Antología bilingüe me llena de orgullo. Primero por haberla hecho; segundo, por haberla terminado y tercero, porque Gurbanov, dueño de Ediciones Continente aceptó publicarla. Es un alivio haberla terminado porque, ¡me tardó muchos años!

A los 68 años… creo que he vivido, hasta ahora, épocas fascinantes, no digo por divertidas, sino como testigo de lo vivido. El exilio, para mí, fue un lujo porque me permitió sobrevivir… y ¡volver a la Argentina!

 
Yo pertenezco acá y quizás es por eso que volví. Es la gran crisis del anglo argentino: ¡estar acá y mirar allá! ¡Somos unos insatisfechos, sin arreglo!
La guerra de Malvinas en 1982, para mi fue el conflicto o la crisis que cambió a la Argentina porque se dio cuenta que no era europea sino parte de América Latina.

Lo que hizo el diario Buenos Aires Herald, en los ‘70, era lo que debía hacer, en su momento, por razón de principios. El valor es un accidente, nada más. Uno está en el lugar y en el momento que asume responsabilidades que considera debe asumir. Uno no dice, un miércoles a la mañana, cuando se levanta: "Hoy voy a ser valiente”. ¡No es así!.

Compartimos la entrevista en mp3:

All together now

Página12, domingo 5 de febrero de 2012 
Por Juan Pablo Bertazza













  


Empieza con “La Siesta” de Macedonio Fernández (“La Siesta omnipotente gravita/ donde el tiempo fulminado/ se detiene”) y termina con “Notas para un agitador” de Verónica Viola Fisher (“cuando era pequeño se le cayó un piano/ en la nuca, desde ese día sus vértebras/ suenan cada vez que baila”). Y entre los extremos figuran cada una de las voces que Andrew Graham-Yooll y Daniel Samoilovich consideraron las más representativas del siglo XX, o por lo menos las que deberían tenerse en cuenta en una lectura retrospectiva del siglo cambalache, pero desde el siglo XXI.
De hecho, si toda antología ofrece su propia perspectiva, su propia visión y su propio tamiz, el nombre de esta compilación permite gravitar, tal vez, no exactamente en las voces más importantes del siglo XX sino en aquellas que lo siguen siendo cuando ya pasó más de una década de otro siglo, y tal vez esa diferencia no sea un detalle menor.
Poesía argentina para el siglo XX, no tropieza con una recurrente piedra en este tipo de trabajos, que tiene que ver con una ausencia notable de federalismo: acá están presentes las diversas provincias con cada uno de sus exponentes, como el mendocino Jorge Enrique Ramponi, el entrerriano Arnaldo Calveyra, el rosarino Hugo Padeletti, el jujeño Néstor Groppa, el cordobés Alejandro Nicotra, el salteño Leopoldo Castilla, el santiagueño Julio Salgado o el catamarqueño Leonardo Martínez.


para seguir leyendo:

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/libros/10-4567-2012-02-08.html

 

viernes, 3 de febrero de 2012

Ser de aquí, pero también de allá

       15 de diciembre de 2011
           Revista El Guardián                                                                                             
   [ Cultura ]
Nueva Escocia, Entre Ríos.
Argentina, 2009








La fascinante historia
de un hombre
de dos mundos


Es el periodista argentino más inglés
y el intelectual británico más gaucho.


            
Escribe: Daniela Pasik


Camden Town, Londres.
Inglaterra, 2010.
     Con una trayectoria profesional que lo ha llevado por medios de aquí y de allá, ahora acaba de publicar la antología de poesía argentina más abarcadora.    

     Este hombre de nombre británico, nacido en Ranelagh   hace 67 años  y con la flemática pausa propia de allá, abre la puerta de su casa: Pasillo al fondo, para recibir a sus visitas. Aunque mis padres eran británicos y me haya criado en Ranelagh, que era un pueblito de ingleses, yo soy porteño, declara Andrew Graham-Yooll y refuerza su tesis: Después de haber pasado 18 años exiliado sobre todo en Londres, en cuanto pude volví a Argentina. Para mí, mi lugar en el mundo es Buenos Aires y siempre en el sur, que es más porteño todavía.
                      
     Sobre ser bilingüe, dice: Más allá del placer de poder agarrar algo inglés, castellano o hasta chapalear en portugués, yo tengo el privilegio de pertenecer a los dos mundos. Es una experiencia de vida diferente la mía, lo sé. El escritor y también juez jujeño Hector Tizón describió a Graham-Yooll como totalmente bilingüe, en lenguaje y cultura.
 De Oficios
El inglés más arrabalero está contento con el resultado y también aliviado de haber terminado con la ardua labor de releer y seleccionar tantos autores. Fue un trabajo arduo, explica y suspira un poco cansado. Antes traducía sólo teatro.
No traduzco mi propia obra porque la reescribiría toda. Y en realidad, si traduzco lo que hacen otros también quiero reescribirlos, así que lo mejor es no traducir. Pero con la poesía es diferente. Con la poesía me entiendo mejor.

En esta nueva y más ambiciosa antología poética, Graham-Yooll hace un racconto bastante completo de la poesía argentina. Pasea a través de clásicos de todos los tiempos… y también hay obra de generaciones más jóvenes como los cuarentañeros…

En el caso de la poesía yo prefiero decir que se traslada, no que se traduce. De un idioma a otro lo que se hace es trasladar, porque nunca va a quedar igual al original en otra lengua, explica Graham-Yooll. Así, con la selección cubro 100 años. Samoilovich me propuso gente más actual, pero yo le dije que por ahora no. Suena feo, pero la verdad es como es y no estoy aún metido con la generación de poetas de ahora. No los tengo leídos. Me gustaría hacer un mapa de poetas de este momento y distanciarme de las décadas pasadas. Conocer de verdad y más. Si sigo en esto me voy a poner con lo más nuevo, promete.

La entrevista completa se encuentra en: www.elguardian.com.ar

Written in Argentina

    26 de enero de 2012



Lanzan antología billingüe
sobre poetas argentinos de todos los tiempos.



Entre Macedonio Fernández, Borges,
Girondo y González Tuñón
aparece el platense Mario Arteca.   




No quisiéramos contradecir al maestro norteamericano Robert Frost con aquella ingeniosa y algo bribona aseveración: Poesía es lo que se pierde en la traducción. Quizá sea cierto que a veces el que traduce, traiciona. Pero mucho más nos perderíamos si no tuviéramos “intérpretes” de otros lares y lenguajes que nutren nuestro universo y en definitiva, nuestra propia lengua. Como suele pasar en el intercambio cultural, el beneficio de ser un país “periférico” es que gozamos de lo propio y de lo foráneo.

Bueno, bienvenida sea la hora de que también se equipare la relación e iniciativas como esta aportan lo suyo: se trata de la antología Poesía argentina para el siglo XXI a cargo de Andrew Graham-Yooll y Daniel Samoilovich.


Para leer la nota completa: 

Poetas argentinos de todos los tiempos

Buenos Aires, 25 de enero de 2012              
 por Pablo E. Chacón
         

         
                En la antología Poesía argentina para el siglo XXI, los compiladores Andrew Graham-Yooll y Daniel Samoilovich, intentan una perspectiva de la lírica vernácula, y así consiguen representar las tendencias actuales como sus formatos precedentes.                  

          El libro bilingüe abarca buena parte de la geografía del país, enriqueciendo, en tiempo y espacio, la producción de poetas que lejos de las urbes, continúan con un trabajo deudor más de sus convicciones que de las regalías o el reconocimiento.

          Poesía argentina... o Argentine Poetry for the XXIst Century, reúne piezas de los grandes nombres de la poesía local. La colaboración entre Graham-Yooll y Samoilovich estuvo pensada, también, para la Feria del Libro de Frankfurt, donde la Argentina participó como país invitado en 2010, aunque la edición 2012 está actualizada.

          Advierte Graham-Yooll que la "crítica" inevitable es que cualquier selección versará sobre la selección de nombres y la ausencia de creaciones que merecían ser incluidos. Pero claro, desde que William Shand publicó su antología en 1971 (sólo en inglés, con la colaboración de Alberto Girri) que incluyó más de cien poetas argentinos, no ha habido otra, indica.
           Samoilovich respalda a su colega: Mi vocación es compartir mi entusiasmo por lo que leo (o lo que me recomiendan leer), y no la de un juez que determina qué vale y que no vale. No puedo imaginarme este trabajo sino como un resultado provisional, como una parte de otros trabajos que se han hecho o que habrán de hacerse, yo u otros, corrigiendo ausencias o ampliando el espectro de la selección, concluye el director del Diario de Poesía.


El prólogo que no fue…


Hotel du VIN, Bristol, Inglaterra, 2007
5 de enero de 2012
por ANDREW GRAHAM-YOOLL



Tiempo de obituarios.
Esta es una explicación,
un descargo,
quizás un obituario adelantado.


             Surge del conocimiento que ya no hay tiempo suficiente para encarar un proyecto igual. ¿Alguien recordará lo que fue para mí una epopeya y para otros nada más que “otro” libro de poesías? Lo dudo. Eso también suena a obituario.


                  Una conclusión, no hablaré de textos en castellano o español, esto es argentino-inglés. Me considero “anglo-argentino”: por qué hablar de “castellano”.

              Conclusiones. La pregunta implícita en los más amables comentarios es, ¿por qué hacer una antología de poesía argentina en inglés? No hay “adelantos” editoriales. El programa de Mecenazgo del Gobierno de Buenos Aires permitió reunir un tercio del costo de impresión. Hubo inversión personal dado que el postulante tiene que buscar los “mecenas”. No es un subsidio.

                  La respuesta a “por qué hacerlo” es simple: “porque está”. Pienso que merece ser conocida en bloque la poesía argentina más allá. Abundar es entrar en las interpretaciones del obituario. El proyecto ocupó una década de vida y no hay más tiempo. La próxima antología bilingüe será labor de otro. Esta fue inspirada por dos escoceses, Walter Hubbard Owen (1884-1953), amigo de mi padre que tradujo el Martín Fierro al inglés y lo publicó en Londres y Nueva York en 1936, y por William Shand (1903-1997), amigo mío, que produjo la primera antología de poesía argentina en inglés en 1969, con el apoyo de Alberto Girri (1919-1991). Yo aspiraba ser el heredero de esos dos. No era competencia, más una forma de celebrarlos, no sólo con la dedicatoria. Tenía algunos libros a mi favor, como ellos, un libro: Memoria del Miedo, que no interesa en la Argentina, si bien tiene cuatro ediciones en Inglaterra, dos en EE.UU., una en España, una en hebreo y una en chino. Como Owen, publicado en el Times Literary Supplement, de Londres, y desconocido en Buenos Aires, tengo en mi haber ser quizás el único argentino incluido en las antologías del crítico norteamericano Harold Bloom con un artículo que arguye que buena parte de la obra teatral del dramaturgo, Premio Nobel, Eugene O’Neill (1888-1953) está inspirada en sus pocos meses de residencia en Buenos Aires entre 1910 y 1911. Requería sentirse cómodo en los dos idiomas, como Owen y Shand.

               Parecía suficiente calificación para encarar la traducción de poetas argentinos al inglés. La Argentina tiene, en el último siglo y medio, la variedad más rica en poesía en toda América latina. El crítico Pablo Gianera alguna vez dijo que es difícil seleccionar la poesía “representativa” argentina, más allá de Lugones, Alfonsina Storni y Borges, porque hay tantos buenos.

                La actual colección incluye casi setenta poetas, número que es triplicado en la lista de lectura recomendada al final del libro. Hay muchos más. Eso explica por qué las antologías conducen a algunas amistades pero juntan muchos más enemigos. Ni bien fue a imprenta el libro quedó claro que se podía elaborar una lista mayor. Entre los notables no mencionados están Armando Tejada Gómez (1929-1992); Ariel Petrocelli (1937-2010); y amigos como Rodolfo Braceli, etc. Ah, y errores tipográficos y de traducción siempre habrá.  (Se escapó uno en la sección de Oliverio Girondo (1891-1967.)
               Hay un amplio espectro de criterios de cómo traducir. Una antología está completa sólo porque llegó a formato libro, siempre quedarán formas de mejorar o cambiarla.
               Mi mejor ejemplo de diferencias en torno a una traducción surge del Buenos Aires Herald, a propósito de la decisión del gobierno de facto de Juan Carlos Onganía en julio de 1968 de obligar a los periódicos en idiomas foráneos a traducir sus editoriales. La disposición originaba en septiembre de 1943, por orden del gobierno militar, se dejó de cumplir luego del derrocamiento de Juan Perón en septiembre de 1955. En 1968, el entonces director del Herald, Norman Ingrey, decidió explicar los cambios en su primer ejercicio bilingüe. Pidió la traducción y luego, horrible error, solicitó a otro redactor que leyera el producto. Siete empleados metieron mano, cambiaron, criticaron y reescribieron esa versión. Ingrey ya se había ido a casa cuando el jefe de deportes, un inglés que hacía la guardia de taller, arrancó las dos hojas de manos del último (re)lector y las mandó imprimir (eran tiempos de linotipo). De afuera del diario un personaje olvidable que daba clases de idiomas (tenía un excelente programa de música en Radio Municipal, hoy Ciudad) se jactaba ante sus alumnos que usaba los editoriales del Herald para mostrar “lo que no hay que hacer”.

                Bueno, ¿por qué traducir poesía? Porque la poesía en todos los idiomas y tierras es un accesorio para entender las sociedades y culturas. Otras consideraciones abundan. Todo ser humano, por mal leído que sea, puede citar alguna estrofa de poesía o canción y con eso enseñará algo, aunque sea minúsculo, de otras costumbres y pueblos. Además, me gusta “trasladar” la poesía de un idioma a otro y no traduciría otras cosas. Dentro de “poesía” incluyo a mis diez libros de Mafalda & Friends, uno de Gaturro, y tres obras del Teatro x la Identidad, publicadas en versión inglesa por la revista Index on Censorship. Y quizás más exótico, pero de enorme satisfacción por el ejercicio y el impacto, fue la traducción al inglés de una serie de letras de canciones de la “cumbia villera”, también publicada por Index on Censorship (3/2005), que se edita en Londres. Toda otra traducción me aburre, si bien reconozco que ofrece buen dinero. Me gusta la poesía de todos los tiempos.

con el poeta Jorge Enrique Martí
Colón, Entre Ríos, 2009.

          En el curso de hacer este libro he conservado la rima en alguna poesía, como ser en Leopoldo Lugones (1874-1938) y Alfonsina Storni (1892-1938), y les he sacado la rima a otros, como sucedió con el entrerriano Jorge Enrique Martí (1926), algunos de cuyos cantos a los pájaros y al río Uruguay fueron llevados a la música por Aníbal Sampayo (1926-2007). Esto último porque la construcción me pareció “infantilizada” en rima en inglés.
           Surgen variados ejemplos en un volumen que recorre un siglo entre el nacimiento de Macedonio Fernández (1874-1952) al de Verónica Viola Fisher (nacida en 1974).


               He tenido la suerte de lograr hacer un libro y en el trayecto conocí y “trasladé” a otros que no aparecen, también del inglés al argentino. Conocí al poeta inglés Andrew Motion (que publicó Clarín Ñ), entre otros, y un amigo, el dramaturgo inglés Harold Pinter (1930-2008), me pidió que tradujera una colección suya (editada por De la Flor).
Sin embargo, fue el poeta argentino Daniel Samoilovich, director del Diario de Poesía, quien me apoyó siempre en la selección y relectura. Primero hicimos Twenty Poets from Argentina (Redbeck Press, Bradford, Inglaterra, 2004), luego una colección de su poesía, Driven by the Wind and Drenched to the Bone, (Shoestring Press, Nottingham, Inglaterra, 2007), y finalmente esta antología, cuya primera etapa, con cuarenta poetas, se distribuyó en la Feria de Frankfurt 2010 y en el camino adquirí un buen amigo.

                 Agradezco, en fin, a todos los que ayudaron con apoyo y que me permitieron usar sus conocimientos, sus consejos y su poesía.

jueves, 2 de febrero de 2012

Argentinos en inglés

Ñ  Revista de Cultura                          Literatura

             31 de diciembre de 2011
                                        
                                                                                                 por Ezequiel Alemian



       La obra realizada por
Andrew Graham-Yooll
incluye 66 autores de poesía,
en total son casi 450 páginas.
Es inobjetable y
no ofrece puntos de conflicto.


Poesía argentina para el siglo XXI, la extensa antología de poesía local, en castellano e inglés, forma parte de dos tradiciones no necesariamente confluyentes. Puesto en esta tradición, la de la poesía argentina traducida al inglés, la importancia de la antología de Graham-Yooll es irrebatible, aunque más no sea por su simple existencia, por su disponibilidad. Pero seguramente, además, muchos de los poetas o textos seleccionados es la primera vez que son vertidos al inglés.

Algunas decisiones                                                   

La antología de Graham-Yooll se abre con una decisión arriesgada, que provoca entusiasmo: comienza con Macedonio Fernández, y recién después pasa por su contemporáneo Lugones, a la inversa de lo que suele suceder. Son cuestiones discutibles, por suerte. Pero, ¿discutibles para quién? Difícilmente para un lector hablante de inglés, interesado en conocer la poesía argentina. Cuando uno lee una antología de otra lengua, de una literatura que desconoce, el libro es leído, sino como unidad, como panorama, al menos como una escena relajada. Hay en la lectura una tensión que está ausente, porque es imposible reponer: es la tensión del recorte, la tensión entre lo que ha sido incluido en la antología y aquello que ha quedado fuera.

Ausencias y presencias

Los antologadores suelen excusarse en la arbitrariedad de su gusto personal para evitar determinadas críticas, cuando precisamente son esas críticas, que recorren la frontera que divide las ausencias y las presencias, lo más convocante de su trabajo. No es el texto incluido sino el porqué un texto ha sido incluido lo que debería justificar toda antología. ¿O eso es algo que no es necesario justificar? ¿Faltan nombres? Claro… Pero los que están no son menos reconocidos que los ausentes. Y sobrar, casi no sobra ninguno. Manda, de alguna manera, por presencia proporcional y configuración estética, el cuerpo legitimado de la poesía de los 90. Nada que discutir: es la muestra de los que parecen ser los mejores.

Así, la visión panorámica de la poesía argentina que exhibe el libro, que un lector inglés seguramente agradecerá, un lector argentino la recibirá con esa leve decepción que provoca haber leído otra vez más de lo mismo. ¿O es que no hay otra cosa?


Para leer la nota completa: